Resultado de imagen de VALORAR MI EMPRESAEl valor de una empresa es una aproximación de lo que el vendedor esperaría recibir o un comprador esperaría pagar a cambio de ese activo, y estará determinado por expectativas y factores subjetivos y objetivos. Por su parte, el precio será lo que finalmente comprador y vendedor acuerden pagar o recibir si se decidiesen a llevar a cabo la operación. La valoración de una empresa, cuando no exista un precio de mercado de referencia, obliga a utilizar uno o varios métodos que nos aproxime al valor real de la empresa, si bien el precio final estará sujeto a un proceso de negociación entre la parte compradora y la vendedora en el que se considerarán múltiples elementos y factores.

Para cualquier empresario, su
empresa es una de la parte más importante de su patrimonio siendo de vital
importancia conocer su valor. Debido a la crisis, hay multitud de empresarios
que quieren vender sus empresas pero desconocen el valor intrínseco de sus
negocios.
Pues bien, a continuación le
damos algunos consejos prácticos sobre valoración de empresas.
Visión previa a la valoración de empresas: factores
internos y externos
Un proceso previo a la
valoración de la empresa, con independencia del método que se elija, es
realizar un análisis sobre la empresa y su entorno, analizando su capacidad de
crecimiento y de generar valor en el mercado, posición frente a su competencia,
penetración en el mercado y capacidades futuras, capacidad y vías de
monetización, equipo humano y profesionalización del mismo, organigrama y valor
de su patrimonio, entre otros factores.
En cuanto a los factores
externos es importante tener en cuenta, la coyuntura económica presente y
futura tanto del país donde realiza su actividad, como de aquellos donde están
enfocados sus mercados en caso de empresas con proyección internacional.
Esto nos ayudará a analizar
cuáles son nuestras principales fortalezas y debilidades y nos permitirá poner
en valor nuestra empresa frente a terceros.
Valor de una empresa
El valor de una empresa es
una aproximación de lo que el vendedor esperaría recibir o un comprador
esperaría pagar a cambio de ese activo, y estará determinado por expectativas y
factores subjetivos y objetivos. Por su parte, el precio será lo que finalmente
comprador y vendedor acuerden pagar o recibir si se decidiesen a llevar a cabo
la operación.
Atención. La valoración de una empresa, cuando no exista un
precio de mercado de referencia que sea lo suficientemente transparente fijado
en un mercado organizado, obliga a
utilizar uno o varios métodos que nos aproxime al valor real de la empresa
,
si bien el precio final de la transacción estará sujeto a un proceso de
negociación entre la parte compradora y la vendedora en el que se considerarán
múltiples elementos y factores.
Con carácter general, una
empresa ofrece un valor diferente para el propio vendedor y los potenciales
adquirentes. El valor no debe confundirse con el precio, que es la magnitud
cuantitativa por la que ambas partes acuerdan materializar la transacción.
La valoración de una empresa
efectuada por un experto puede tener diferentes propósitos, tales como:
·        
Negociación de operaciones de compraventa
·        
Valoración de empresas con cotización
·        
Procesos de salida a bolsa
·        
Establecimiento de sistemas retributivos para
directivos y empleados
·        
Procesos de división testamentarios
·        
Adopción de determinadas medidas estratégicas en
el ámbito empresarial, incluyendo entre otras la propia continuidad de la
empresa
·        
Procesos de separación de socios
·        
Pleitos judiciales y procesos arbitrales
Métodos de valoración de empresas
Existen diversos métodos de
valoración de empresas  y, en las últimas
décadas, los expertos han desarrollado numerosas variantes a medida que se ha
desarrollado la ciencia económica y las finanzas empresariales.
Los principales métodos de
valoración pueden clasificarse según la diversa metodología que utilizan. Así,
cabe destacar los siguientes:
1)     
Métodos basados en el balance de la empresa:
valor contable, valor de liquidación, valor sustancial, activo neto real
2)    
Criterios basados en la cuenta de resultados:
consisten usualmente en aplicar determinados múltiplos a parámetros que miden
el resultado: PER (también conocido como P/E ratio, Price-to-Earnings ratio o
ratio Precio-Beneficio), Ventas, Ebitda (de la siglas en inglés “Earnings
Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization”, es decir “las
ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización), etc.
3)    
Descuento de flujos: es el más utilizado, ya que
estima el valor de la empresa en función de la capacidad de generación futura
de beneficios
4)    
Métodos basados en opciones
5)    
Métodos mixtos: basados en el fondo de comercio
o “goodwill”
Esto es un resumen de algunos
de los métodos de valoración más estandarizados y aceptados en las operaciones
corporativas para determinar el valor de una empresa, lo que debemos tener en
cuenta para elegir alguno de ellos siempre es: decantarnos por aquel que
refleje mejor la realidad de nuestra empresa y siempre es aconsejable utilizar
más de un método de valoración.
La mayoría de los métodos descritos
tienen como principal inconveniente en el hecho que están basados para
determinar el valor de una empresa en valores históricos, mientras que las
partes desean obtener una valoración que considere las expectativas y capacidad
de generación de beneficios a futuro. De este modo, podrían existir 2 empresas
con un balance relativamente similar, pero con capacidad de generación de
beneficios futuros sustancialmente diferentes, por lo que su valor debería
reflejar dicha disparidad.
Por ello, entre los expertos
se considera que el método más apropiado para valorar una empresa consiste en
descontar los flujos de fondos futuros esperados, ya que por el contrario el
valor sustancial de una empresa se basa en su capacidad para generar fondos o
flujos para los accionistas.
Por tanto, con carácter
general, los expertos en valoración de empresas estiman que el valor de una
empresa tiene poca relación con el valor contable de la misma. Por el
contrario, es preciso examinar la capacidad económica para generar flujos
futuros para la empresa.
No obstante lo anterior, si
bien el método de flujos de caja descontados es el método que mejor se aproxima
al valor de una empresa, es preciso señalar que con carácter previo debe
efectuarse  un análisis del tipo de
empresa y su situación sectorial e individual para concretar si otro método de
los expuestos anteriormente ofrece una mejor aproximación para determinar el
valor de la empresa. En este sentido, el método de valoración basado en los
flujos de caja descontados debe efectuar diversas estimaciones sobe una serie
de parámetros (principalmente la determinación de los flujos futuros), por lo
que en ocasiones puede ofrecer utilizando el mismo método diversos valores
según las estimaciones que se efectúen, lo que supone un cierto nivel de
subjetividad.
La experiencia demuestra
asimismo que en el supuesto de adquisiciones de empresas el precio que
finalmente acuerdan un comprador y vendedor independiente no coincide, salvo en
contados supuestos, con el importe obtenido aplicando un método de valoración
de los expuestos, sino que supone en la mayoría de las ocasiones un punto de
partida para acometer la negociación entre las partes. Un símil podría ser el
precio de un inmueble acordado entre las partes y su valor de tasación determinado
por un experto aplicando determinados criterios de índole profesional.
En todo caso, resulta muy
recomendable previamente al inicio de negociaciones para la compraventa de una
empresa, efectuar una valoración independiente de la misma, puesto que ello
facilitará tener un punto inicial de referencia para abordar dicha negociación
y contar con un criterio cuantificable.
Para esta labor es
recomendable acudir a profesionales, de esta forma nos garantizamos, no solo un
valor adecuado al mercado, sino una mayor independencia en el método de valor.
Pueden ponerse en contacto
con este despacho profesional para cualquier duda o aclaración que puedan tener
al respecto.

Un cordial saludo,

José María Quintanar Isasi

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